En apariencia ganó el gobierno a la CNTE y a
los defensores de PEMEX y la CFE. Pero esto es sólo apariencia televisual
porque el triunfalismo del mensaje a la nación de Peña en Los Pinos con
soldados cada diez metros y 800 invitados bien trajeados dispuestos a aplaudir
a la menor mentira temeraria del discurso, revela el miedo al espacio público. Afirmar
que la CNTE es una minoría de profesores mientras el magisterio de Veracruz se
suma al paro nacional, contrasta con la minoría de senadores, diputados,
empresarios, funcionarios adocenados, cuerpo diplomático e invitados especiales
dispuestos a apoyar e instrumentar la escalada antinacional del gobierno de
Peña.
Siguen los cierres de calles y edificios y hoy
miércoles 4 de septiembre una gran marcha contestataria parte la ciudad en dos
mientras arrecia la campaña televisual y radial contra los profesores. En la
prensa escrita hay sorpresas de críticos habitualmente estatólatras como Álvaro
Cueva que elogia el valor de los profesores en lucha porque se atreven a
denunciar la cancelación de sus derechos laborales para ejemplo de todos los
perjudicados que no han sabido manifestar su repudio contra el gobierno
clasista propiciador de la guerra civil. Los nuevos conservadores llaman a la
intervención extranjera y consideran enemigos a los opositores.
Los profesores tienen recursos de oposición
efectiva. Son queridos y respetados en sus comunidades, colonias y pueblos y
tienen calidad para convencer de la justeza de su lucha a los estudiantes y
familiares. Esto explica porqué Guerrero y Oaxaca, Michoacán y Chiapas y ahora
Veracruz, son territorios en disputa entre el caciquismo ancestral, la
delincuencia organizada con la complicidad del gobierno y la tradición de
profesores y trabajadores de la cultura como organizadores constantes del
pueblo no sólo en las asambleas, sino también en el tequio en las escuelas y
caminos deteriorados sin atención oficial. La tradición de los talleres en el
tiempo libre comunitario prueba el trabajo con y para el pueblo. Hasta la
capital llegan las lecciones de esta memoria, por ejemplo, en el Observatorio
Histórico de la UNAM que convoca a la crítica de los modos de enseñanza de la
historia. Frente a esto el gobierno opta por ocultar a sus desprestigiados
valedores: Rosario Robles y su obscena manipulación del hambre, el bilioso
Chuayfett como Secretario de Educación impresentable y la Muñeca Beltrones como
espurio representante popular.
Del lado de los intelectuales crecen las
iniciativas para organizar brigadas que informan lo que realmente ocurre. Las
redes sociales difunden el Manifiesto de la CNTE del 28 de agosto con 11 puntos
donde aclaran su calidad de tendencia democrática dentro del SNTE con un
secretario general que nadie conoce ni respeta hasta el punto de que su cápsula
en Televisa fue retirada de inmediato. El punto dos reivindica la ya larga
lucha por la educación pública y el tercero la concreta como necesaria por el
crecimiento de los 80 millones de pobres y los 12 en pobreza extrema. De aquí
la defensa de la educación pública plena a partir de los más necesitados y no
de esquemas diseñados en los elegantes despachos de los contratistas. Exigen
respeto pleno a los derechos laborales y plantean tres modalidades articuladas
de evaluación: autoevaluación, coevaluación y heteroevaluación como un medio de
atención a las necesidades diversas de los estudiantes y profesores en
situaciones concretas. Reafirman el compromiso de la formación profesional
sobre las bases anteriores y no como mera tecnificación esquemática sino para
formar “sujetos que reclamen el respeto a su propia forma de vida”. El punto 10
advierte su disposición al diálogo sobre la base de documentos consensuados con
“estudiantes, padres de familias, autoridades, investigadores educativos y
profesores”, todo lo cual no es aceptado ni reconocido por los funcionarios del
gobierno y parlamentarios que los obedecen. Finalmente rechazan “el papel de
los supuestos representantes del pueblo (diputados y senadores) al legitimar el
desempleo en México perjudicando a la sociedad en general”. La CNTE firma con
su lema: “La educación al servicio del pueblo” y proclama “¡ni un paso atrás!”.
61 diputados votaron en contra de la Reforma
Educativa triunfante para beneficiar la demagogia peñista. El Senado apresuró
la aprobación definitiva aderezada con desplantes bravucones contra la CNTE por
los representantes de los partidos, menos el PRD. El pueblo, en tanto, se
mantiene como multitud contestataria ante la ausencia de perspectivas políticas
organizadas para el largo plazo. Movilizar para desmovilizar sigue siendo la
orientación oculta en las protestas. Pero en Oaxaca, Michoacán y Guerrero crecen
las asambleas donde se construye la estrategia autogestiva contra el gobierno
constructor del Estado antipopular y antinacional.
Alberto Híjar Serrano
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